"LA ORACIÓN Y EL SACRIFICIO SON NUESTRAS ARMAS"




El origen de las Carmelitas Descalzas

Su origen se remonta al siglo XVI, cuando Santa Teresa de Jesús nuestra madre fundó la primera comunidad de monjas carmelitas descalzas en Ávila, España.

En un tiempo en el que la vida monástica se había vuelto cómoda y alejada de la esencia contemplativa, Nuestra Santa Madre Teresa decidió crear una nueva comunidad que viviera en pobreza y austeridad, dedicada a la oración y la contemplación.



Estas monjas 
descalzas llevaban alpargatas  en lugar de zapatos, simbolizando su renuncia a las comodidades mundanas. Su estilo de vida austero y contemplativo las llevó a profundizar en su relación con Dios y a experimentar una intensa vida espiritual.

La vida contemplativa de las Carmelitas Descalzas

La vida de las Carmelitas Descalzas se caracteriza por la búsqueda constante de la unión con Dios a través de la oración y la contemplación.

Tenemos un horario establecido, donde la Santa Misa es el centro donde gira todo nuestro día; horas de oración, rezo del Oficio Divino (liturgia de las horas), trabajo manual, y el encuentro comunitario de la hora de recreación, que rompe el silencio de toda nuestra jornada; Todo ello, intensamente unidas a nuestra Madre Iglesia según los tiempos litúrgicos de Adviento, Navidad, Cuaresma y  Pascua.



Cada día es distinto, cada día nos esforzamos por alcanzar la santificación personal, y por la comunión de los santos, también para los miembros más necesitados de la Iglesia. Como Nuestra Santísima Madre, que vivió sólo para servir a Jesús y a su Casto Esposo, Nuestro Padre San José en su casa  de Nazaret.



El objetivo de esta vida contemplativa es alcanzar la unión con Dios, experimentando una profunda conexión espiritual y buscando la perfección en el amor.
















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